16/2/10

Llengua catalana a Aragó


Un libro de Milenio se adentra en la toponimia de las Vilas del Turbón
Lleida - Francesc Guillaumet 2010-02-16
Las Vilas del Turbón es una población especialmente frecuentada por los leridanos para tomar sus aguas a las que atribuyen propiedades curativas para las dolencias de riñón. Esta población es, también, una de las que más nombres aportan a Toponimia de Torre la Ribera, un libro del profesor de Huesca Jesús Vázquez publicado en Milenio que se adentra en la toponimia de todo el municipio y explica el origen de algunos de sus nombres.
El profesor Jesús Vázquez aclara que en las Vilas del Turbón se habla un “dialecto de transición” más próximo al catalán que al aragonés. Paradójicamente, su toponimia tiene más rasgos del aragonés, lo que demostraría, según el autor, que antiguamente esta lengua se extendió más al este de lo que está hoy. El autor recopila la toponima mayor y menor de todo el municipio formado por siete pueblos, que agrupa no sólo el nombre de los pueblos, sino también de las fuentes, los ríos, los barrancos, las partidas y los montes de las Vilas del Turbón, Torrelarribera, Villacarli, Brallans, Magarrofas o San Aventín. En el caso de los nombres de pueblo, Jesús Vázquez se adentra también en la explicación de la etimología. Es el caso de las Vilas del Turbón, un topónimo del que defiende su origen latino (de turbo-turbonis), que significa borrasca o tempestad. Es evidente que en la zona del Turbón se forman “grandes tormentas”, afirma el autor, que también señala que otra hipótesis habla de que Turbón podría hacer referencia a un nombre de raíz céltica que significa “elevación, monte o roca”. Para este trabajo, que se enmarca en la colección Toponimia de la Ribagorza que dirige el catedrático de la UdL Xavier Terrado, el autor recoge la toponimia y la confronta con los censos del siglo XV o con el cartulario del Monasterio de Obarra. “Muy pocos nombres se corresponden”, afirma Vázquez, que destaca nombres como La torcida, el barranco de donde fluye el agua que luego recala en el Balneario. En este caso, el autor dedica dos páginas a explicar su hipótesis que confronta con la de Joan Corominas, que atribuía un origen vasco a este nombre que significaría “el lugar donde emanan las fuentes”.Otros de los nombres que recopila el autor están dedicados a los nombres de las casas, como Casa Ariño o Chaumesu, dos hogares que se encuentran en el primer núcleo de Vilas apodadas Cercurán y que se ubican el lugar que precede al balneario.En otras ocasiones, el autor también recoge otro tipo de topónimos curiosos, como los apodos que han encuñado los veraneantes catalanes que durante muchos años han acudido a las Vilas del Turbón, como la plaza Catalunya o el Sepu, una casa del Turbón donde servían comida y se podían encontrar todo tipo de enseres.

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