30/3/11

Convivencia llingüística en Finlandia


Finlandia sufrió en la primera mitad del s. XX fuertes tensiones entre las diferentes comunidades del país con idiomas nativos distintos: lapones en el norte cuya lengua está lejanamente emparentada con el suomi ,suecoparlantes en la costa oeste, una región que representa el 5% de los ciudadanos de Finlandia y multitud de dialectos del finés a lo largo de toda la geografía de la nación. Este es el insólito modelo de convivencia lingüística resultante:


PRIMERO: La Carta Magna establece que los idiomas oficiales del país son el sueco y el suomi mientras que los derechos lingüísticos de los lapones se desarrollan en una ley diferente. El que el país se defina como bilingüe lleva aparejadas una serie de importantes consecuencias, como por ejemplo, que exista un canal de televisión en sueco a nivel nacional o que el himno pueda cantarse en todas las lenguas.

SEGUNDO: A excepción de en el archipiélago de Ahvenanmaa no existe una regulación idiomática distinta dependiendo de las diferentes regiones, los municipios se clasifican en bilingües o monolingües atendiendo a criterios poblacionales, en ese estado de cosas cualquier ciudad en la que al menos un 8% de sus habitantes tenga como idioma nativo el sueco o el finés se considera a todos los efectos como bilingüe y mantiene esa categoría hasta que ese porcentaje no se reduzca por debajo del 6% en los registros (actualizados cada 10 años).

TERCERO: En los municipios bilingües existe la obligación de que todas las comunicaciones oficiales se realicen en ambas lenguas así como criterios más exigentes a la hora de facilitar el contacto con el ciudadanotanto en una como en otra. Las ciudades monolingües, en cambio, solo tienen la obligación degarantizar el derecho individual a poder ser atendido en la lengua minoritaria al acudir a las administraciones públicas locales.Trasladado el ejemplo a España vendría a significar que un pueblo de la provincia de Guipúzcoa considerado bilingüe habría de publicar todos los documentos oficiales en ambas lenguas así como atender en euskera y castellano a los vecinos, mientras que en una ciudad de la provincia de Jaén solo existiría la obligación de que alguien en el ayuntamiento dominase el vasco (o el catalán) como para poder resolver las dudas de cualquiera que se presente hablando ese idioma.

CUARTO: Legalmente se considera a un ciudadano como sueco, finés o lapón parlante por el mero hecho de haberse inscrito en el registro como tal. Los padres deciden, en definitiva, la lengua en la que estudiarán sus hijos y eso determina el que acudan a una escuela que imparta clases en un idioma u otro. Solo en los municipios bilingües existe la obligación de que haya colegios públicos en ambas lenguas.Aun así todos los alumnos del país estudian como segundo idioma el sueco o el finlandés y tienen el deber de demostrar que han alcanzado cierto nivel en el otro.Un modelo similar en España supondría que los alumnos de Extremadura, Cantabria o La Rioja deberían estudiar euskera como segunda lengua en sus colegios y demostrar al final del bachillerato que han alcanzado el nivel exigido en él. También a la inversa, cualquier familia de Burgos que se trasladase a Tarragona o Vizcaya tendría el derecho a escolarizar a sus hijos en castellano si en la ciudad en la que se instalan al menos un 8% de los vecinos tienen como lengua materna el español.

QUINTO: Teniendo en cuenta que los funcionarios públicos han de poder satisfacer las necesidades de la minoría suecoparlante ello determina que se ha de contar con suficientes trabajadores que dominen esa lengua lo que a su vez causa que las universidades hayan de disponer de cuotas mínimas de alumnos de idioma nativo sueco (especialmente en leyes y medicina).

SEXTO: Fuera de las regiones de Pohjanmaa/Varsinais-Suomi y Laponia (donde se concentran respectivamente los sueco y samiparlantes) el finlandés es la lengua materna de casi la totalidad de ciudadanos. A pesar de ello se trata de una lengua enormemente dialectializada lo que conduce a que exista una cierta distancia entre la versión formal que se utiliza en la literatura o en los noticiarios y la hablada en la calle. Esto se traduce en que la práctica totalidad de los finlandeses usen en el día a día su dialecto en vez de la manera culta de comunicarse.Si en España la evolución del latín hubiese sido semejante el castellano solo existiría a la hora de redactar currículums, escribir novelas o como idioma empleado por los medios. Los habitantes del país hablarían mayoritariamente, fabla aragonesa, o asturiano.

SÉPTIMO: La moralidad finlandesa penaliza con fuerza el tratar de aparentar algo que no se es lo que conduce a que los ciudadanos utilicen el dialecto que hablan no solo con sus vecinos sino, incluso, con personas de regiones diferentes que usan un registro distinto del idioma. Al contrario que en otros países donde los más humildes se ven forzados a esconder su condición modesta o ridiculizados por provenir de zonas rurales en Finlandia un hablante de "savo", por ejemplo, continuará usando ese dialecto cuando se traslade a la capital.

OCTAVO: El sistema de convivencia lingüística en Finlandia no está exento de detractores, particularmente debido a su gran coste económico y de esfuerzo social (el sueco y el suomi son dos idiomas tan alejados como pueden serlo el euskera y el español) pero a pesar de las diferentes críticas se reconocen los aspectos positivos del modelo, las tensiones nacionalistas que demandaban a principios del s. XX la independencia de los territorios suecoparlantes han desaparecido y en la actualidad existe un gran sentimiento de pertenencia a una nación común.


Fonte: Blogue La Saga de Dashiell

6 comentarios:

  1. Asturies ye different30 de marzo de 2011, 10:25

    Ye un modelu llinguísticu peramañosu.Amuesa la falta de democracia y sensibilidá llinguística qu'hai nel Estáu y sobre too n'Asturies.Con un 5% de suecofalantes ye oficial.

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  2. Parez que ye un sistema perdemocráticu nun principiu al menos pero tremendamente complicáu y percaru pa les arques públiques. Democráticu pero lioso en estremu, y con munchos detractores dentro'l mesmu estáu finés. Paez que non ye esportable ni adaptable pa la nuesa nación española. pa los fineses sí, pa nosotros non val ni de lexos.

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  3. Recapacitemos y pongamos las cosas en su sitio, sin ignorancias supinas, sin trampas aviesas, y de acuerdo con la legalidad vigente al día de la fecha. Según la Constitución Española, el Tribunal Constitucional así lo verifica y lo legitima por si fuera poca cosa la Ley de leyes, que todos los españoles nos hemos otorgado democráticamente, después de muchísimos años de aciago oscurantismo político de régimen dictatorial que muchos y muchas -jóvenes- no conocieron afortunadamente, si una familia de Burgos se instala en Tarragona tienen absolutamente -como españoles que son- todo el derecho a usar, expresarse y comunicarse así como a educar a sus hijos en castellano o español o sea la lengua común de todos los españoles y propia por tanto aparte de bilingïuismos también legales de derecho y de hecho, sin necesidad de reunir a ningún 8% de castellanoparlantes p.ej. Y es que nacimos y vivimos en España por si algún posmoderno distraído aún no se enteró. La legislación y normativa lingüística finesa, complicadísima y carísima, no sirve par una país meridional y pobre como el nuestro. Nada más, saludos a los seguidores del blogue falar y lleer.

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  4. va ser qu'un 5% ye más qu'un 40%31 de marzo de 2011, 17:04

    nada ye meyor la falta de oficialidá y que un 40% d'asturfalantes nun tengan reconocíos los sos drechos llingüísticos.

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  5. pa les principiegues eses1 de abril de 2011, 12:26

    pos la to querida constitución afita qu'España ye un estáu pluricultural y que toles llingües españoles(d'España) han de ser oficiales...
    Demientres l'asturianu nun seya oficial, l'Estatutu y la CE nun son democráticos.Entós a otros col cuentu esi de la Llei de Lleis y la "lengua común". Más bien la Llei represora de les llibertaes.

    Artículo 3.
    1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.

    2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.

    3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.

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  6. Pos tá bien claru, non faen falta más pallabres.

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